Los tumores hepáticos en niños y adolescentes son raros, pero sí existen.
Aunque la mayoría son de origen genético, sí puedes cuidar la salud hepática de tu bebé. Lee más en nuestro informativo de pediatría dando clic aquí.
Pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos).
Los tumores primarios de hígado (que se originan en el hígado) se presentan en un 0.5 a 2% de los tumores malignos de la edad pediátrica.
El 57% de estos tumores son malignos y el 60% de los benignos son hemangiomas o hamartomas, la mayoría de estos se presentan en los primeros seis meses de vida. El hemangioma cavernoso y el hemangioendotelioma son las dos lesiones benignas más frecuentes.
Los tumores hepáticos se clasifican en:
Tumores benignos
- Tumores vasculares como la hemangiomatosis y el hemangioendotelioma.
- Tumores embrionarios como el hamartoma hepático.
Tumores malignos
- Hepatoblastoma: Es el tipo más común de cáncer de hígado en los niños. Generalmente se presenta en menores de dos años de edad.
- Hepatocarcinoma: Suele afectar a niños mayores y a adolescentes; la edad media de aparición es a los 12 años, aunque puede aparecer desde los 5 a 7 años.
Tumores poco frecuentes
- Sarcoma embrionario: Es un tipo de cáncer que por lo general se presenta entre los 5 y los 10 años de edad y que suele diseminarse por todo el hígado y en ocasiones hacia los pulmones.
- Coriocarcinoma: Es un tumor muy poco frecuente que empieza en la placenta y se disemina hasta el feto por lo que habitualmente se detecta a los pocos meses de vida.
- Tumores vasculares del hígado: Son tumores que se forman en el hígado a partir de células que producen vasos sanguíneos o vasos linfáticos y pueden ser cancerosos o no cancerosos.
¿Qué se puede hacer para prevenir complicaciones?
- Informar tempranamente al pediatra si existe riesgo de consanguinidad o antecedentes de enfermedad temprana del hígado en otros hijos.
- Realizar tamiz metabólico ampliado en los primeros días de vida.
- Dar pecho a los bebés de forma exclusiva durante los primeros seis meses de vida.
- Acudir a la revisión médica periódica, vigilando estrechamente su crecimiento y estado nutricional.
- ¡Vacuna a tu bebé! Existe vacuna segura y efectiva contra los virus de la hepatitis A y de la hepatitis B.
- Evitar la automedicación.
- Promover una alimentación sana y una correcta actividad física todos los días.
¡Ante la menor sospecha de enfermedad hepática debes llevar a tu bebé con tu proveedor de salud para que le hagan una valoración médica!