Este tipo de productos han ganado popularidad en las últimas dos décadas debido a la comodidad que brindan al ser una alternativa rápida que funciona en el estilo de vida tan ocupado que llevan las familias.
Por mucho que nos guste consumir estos productos instantáneos por su comodidad, asequibilidad y sabor, muchas personas no saben que existen riesgos subyacentes para la salud hepática.
Como son alimentos altamente procesados, nuestro organismo tarda en digerirlos, forzando a nuestro cuerpo a trabajar más.
Estos alimentos contienes una serie de sustancias tóxicas que el hígado tiene que eliminar o metabolizar, como:
- Conservadores
- Grasas procesadas
- Edulcorantes
- Sal
- Fructuosa en grandes cantidades
Cuando se ataca constantemente al hígado con estos tóxicos, las células que forman el tejido del órgano empiezan a morir y se reemplaza el tejido hepático con cicatrices.
Se ha empezado a ver un incremento de hígado graso, fibrosis e incluso cirrosis en niños y adolescentes, una enfermedad hepática grave que antes se veía principalmente en adultos con antecedentes de abuso de alcohol o hepatitis C.
Se sospecha que esto puede deberse al aumento en el consumo de comida rápida y comida chatarra, junto a la falta de actividad física.
La buena noticia es que es probable que se pueda revertir el daño a su hígado si simplemente se abandona el consumo de estos productos y se aumenta el ejercicio.
¿Por qué? Al mejorar nuestra alimentación y nuestra actividad física, mantendremos a nuestro hígado sano, por lo que de esta forma, él podrá regenerarse por sí mismo.
Si consumes estos productos diario, puedes empezar limitándolos a no más de una vez a la semana. Para algunas personas, esto será un cambio importante.
Estos productos te pueden sacar de apuros, pueden ser un antojo, pero nunca deben ser parte de tu dieta regular.
Si tú o alguien de tu familia tiene sobrepeso u obesidad, o crees que consume estos productos en exceso, puedes pedir a tu médico que realice un análisis de sangre para verificar el nivel de enzimas hepáticas, una medida clave de la salud del hígado.