A pesar de que el uso de inmunosupresión en pacientes con antecedentes de trasplante hepático no implica un factor de riesgo independiente de mal pronóstico en la evolución de la infección por COVID-19, y de que no hay al día de hoy información suficiente sobre la seguridad y efectividad de las vacunas contra el COVID-19 disponibles en pacientes que recibieron un trasplante de órgano, la comunidad internacional de médicos sugiere la aplicación de vacuna contra el COVID-19 como medida para evitar hospitalizaciones.
La posología y la vía de administración de las vacunas COVID-19 en pacientes con trasplante hepático debe realizarse según las recomendaciones de la Secretaria de Salud de México.
Dicho esto, hay una serie de recomendaciones que la Sociedad Argentina de Hepatología ha preparado, sobre los pasos que los pacientes recién trasplantados pueden seguir.
Recomendaciones para pacientes trasplantados
- Se recomienda que los pacientes en lista de espera para trasplante hepático se vacunen.
- Los pacientes con infecciones recientes o fiebre no deben recibir la vacuna COVID-19 hasta que estén médicamente estables.
- Es importante recalcar que todos los pacientes con trasplante hepático, independientemente de haber sido vacunados, deben continuar con las recomendaciones para disminuir el riesgo de exposición al SARS-CoV2, como son el uso de cubrebocas, distanciamiento social, lavado de manos, etc.
- En los pacientes con antecedentes de trasplante hepático e inmunosupresión crónica, se debe evaluar el riesgo de enfermedad severa por COVID-19 individualmente según edad y comorbilidades, e indicar vacunación en los casos seleccionados.
- Se espera que las vacunas para COVID-19 tengan un perfil favorable de eficacia y seguridad en pacientes inmunosuprimidos y se deben administrar de acuerdo con su dosis estándar.
- Se sugiere que en los pacientes trasplantados la vacuna sea a los 3 meses del trasplante, momento en que la inmunosupresión es menor.
- En caso de que un paciente se trasplante previo a recibir la segunda dosis, se recomienda retrasarla al menos 6 semanas post-trasplante.
- Se desaconseja vacunar a los pacientes trasplantados que estén cursando un rechazo celular agudo.
Aunque los datos de seguridad y eficacia de las vacunas disponibles en pacientes con enfermedades hepáticas crónicas son limitados, no se prevé que los eventos adversos sean más frecuentes ni se espera que la eficacia sea menor que la de la población general. Sin embargo, necesitamos más estudios prospectivos para comprender mejor el impacto de la vacuna en esta población.