Muchas veces recibimos la pregunta y la respuesta generalmente es, depende. El embarazo en algunas ocasiones puede agravar la salud hepática, y en otras no. La buena noticia es que si estas hepatopatías se tratan oportunamente se pueden evitar problemas graves.
Puntos claros sobre las hepatopatías en el embarazo
- En mujeres embarazadas, los trastornos hepáticos pueden estar relacionados o no con el embarazo.
- La causa más común de ictericia durante el embarazo es la hepatitis viral. El embarazo no afecta el curso de la mayoría de los tipos de hepatitis viral (A, B, C, D), pero la hepatitis E puede ser más grave durante el embarazo.
- El virus de la hepatitis B puede trasmitirse al recién nacido inmediatamente después del parto o, con menor frecuencia, al feto a través de la placenta; el ginecólogo debe saber si eres portadora del virus de la hepatitis B para tomar precauciones y evitar el contagio durante el parto.
- La colestasis intrahepática del embarazo causa prurito intenso y aumento del riesgo de parto prematuro, muerte fetal, y síndrome de dificultad respiratoria.
- El hígado graso durante el embarazo ocurre cerca del término, a veces con preeclampsia (presión alta entre otros síntomas); debido a que las tasas de mortalidad materna y fetal pueden ser altas en los casos graves, generalmente se aconseja el parto rápido o la interrupción del embarazo.
- En general el embarazo no afecta a las mujeres con hepatopatía crónica.
Recuerda, esta información no reemplaza un consejo médico. ¡Consulta a un profesional de la salud antes de buscar un tratamiento o diagnóstico!