La acantosis nigricans, una afección cutánea caracterizada por la aparición de manchas oscuras y aterciopeladas en el cuello, axilas o pliegues del cuerpo, está fuertemente relacionada con la resistencia a la insulina, un factor que no solo aumenta el riesgo de diabetes tipo 2, sino que también puede tener un impacto significativo en la salud del hígado.
Relación entre la acantosis nigricans y el hígado
Las personas con resistencia a la insulina tienen un riesgo elevado de desarrollar hígado graso no alcohólico (HGNA), una afección en la que se acumula grasa en el hígado sin que haya un consumo excesivo de alcohol. Esta acumulación de grasa en el hígado puede conducir a complicaciones más graves, como la esteatohepatitis no alcohólica (EHNA), que puede progresar a fibrosis hepática, cirrosis o incluso cáncer de hígado.
La resistencia a la insulina es una de las causas principales del HGNA, y las marcas negras en el cuello pueden ser un signo temprano de este trastorno metabólico. De hecho, la obesidad, que también está asociada tanto con la acantosis nigricans como con el HGNA, aumenta aún más el riesgo de daño hepático.
Hígado graso y diabetes
La conexión entre la diabetes tipo 2, la resistencia a la insulina y el hígado graso es clara. Las personas con diabetes mal controlada o con prediabetes tienen más probabilidades de desarrollar HGNA. Por tanto, las manchas oscuras en el cuello no solo son un indicio de resistencia a la insulina, sino que también pueden señalar un posible riesgo para la salud hepática.
Prevención y tratamiento
Abordar la resistencia a la insulina es clave tanto para mejorar la acantosis nigricans como para prevenir el daño hepático. Las intervenciones incluyen:
- Pérdida de peso a través de una alimentación saludable.
- Ejercicio regular para mejorar la sensibilidad a la insulina.
- Control de otras condiciones metabólicas, como la hipertensión y los niveles de colesterol.
Fuente: https://www.mayoclinic.org/es/diseases-conditions/prediabetes/symptoms-causes/syc-20355278