La diabetes tiene una relación estrecha con la salud hepática. Las personas con diabetes, especialmente diabetes tipo 2, tienen un riesgo significativamente mayor de desarrollar enfermedades hepáticas, como el hígado graso no alcohólico (MASLD).
Conexión entre Diabetes y Hígado
El hígado juega un papel clave en el manejo de los niveles de glucosa en la sangre. En personas con diabetes, la resistencia a la insulina y el exceso de glucosa en la sangre pueden contribuir a la acumulación de grasa en el hígado, lo que puede llevar a MASLD. Esta condición puede progresar a esteatohepatitis no alcohólica, una forma más grave de enfermedad hepática que puede resultar en cirrosis.
Síntomas y Diagnóstico
A menudo, el hígado graso asociado con la diabetes no presenta síntomas en las primeras etapas. El diagnóstico generalmente se realiza mediante análisis de sangre que miden los niveles de enzimas hepáticas y estudios de imagen como ultrasonidos.
Prevención y Tratamiento
La mejor manera de prevenir el daño hepático en personas con diabetes es mantener un control estricto de los niveles de glucosa en la sangre, seguir una dieta equilibrada, hacer ejercicio regularmente y evitar el consumo de alcohol. En casos avanzados, el tratamiento puede incluir medicamentos específicos para la enfermedad hepática y cambios significativos en el estilo de vida. Si te interesa el tema y quieres saber más, descarga nuestro informativo sobre diabetes.
Fuentes: American Diabetes Association – Diabetes and Liver Disease: https://www.diabetes.org/diabetes/complications/liver-disease Cleveland Clinic – Non-Alcoholic Fatty Liver Disease (NAFLD): https://my.clevelandclinic.org/health/diseases/15831-nonalcoholic-fatty-liver-disease-nafld