¿Qué son las enfermedades hepáticas?

Puntos importantes

Hay diferentes tipos de enfermedades hepáticas, sin embargo, independientemente del tipo, prácticamente todas ellas progresan de una forma semejante: 

Inflamación, fibrosis y cirrosis, pudiendo en algunos casos llegar al carcinoma hepatocelular.

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Podemos decir que las enfermedades hepáticas son un grupo de trastornos que producen alteraciones en las principales funciones del hígado como la producción de bilis, producción de energía o la coagulación, generando un daño agudo y/o un daño crónico. El daño al hígado puede ser congénito o adquirido.

El hígado puede enfermarse por diversos factores que lo agreden como pueden ser los virus, sustancias químicas, medicamentos, exceso en el consumo de alcohol, obesidad, entre otros. Una persona puede enfermarse del hígado sin importar su edad, sexo o condición social, sin embrago, el hígado es un órgano muy noble, que continúa trabajando aún teniendo dos terceras partes de su volumen dañadas y en general son pocos los síntomas en etapas tempranas de la enfermedad. Lo anterior podría parecer una ventaja, pero no lo es porque la mayoría de las personas con enfermedades hepáticas no se dan cuenta de que algo está mal hasta que el daño al hígado es avanzado.

Las causas de las enfermedades hepáticas son muy diversas y van desde alteraciones embriológicas (formación de órganos), metabólicas (alteración en la función celular), infecciosas (daños por virus, bacterias, parásitos), depósito de sustancias tóxicas (exceso de cobre, hierro, grasa), daño tóxico directo a la célula por alcohol, disolventes, fármacos o formación de tumores (benignos o malignos).

La enfermedad hepática más común es la hepatitis o inflamación del hígado que puede tener un gran número de causas. Puede ser aguda o temporal o bien crónica cuando el agente que está agrediendo al hígado se mantiene dañándolo.

La consecuencia crónica más importante de las enfermedades hepáticas es la cirrosis que es una enfermedad progresiva y fatal en que la fibrosis del hígado, secundaria a una reacción inflamatoria, lo conduce a graves alteraciones en su función metabólica y de circulación sanguínea. En estado avanzado el daño es irreversible, teniendo una pérdida de sus funciones principales por que las células normales se cambian por tejido fibrótico o cicatricial. La cirrosis hepática es una de las 10 causas más frecuentes de muerte en el mundo occidental.

Hay muchas enfermedades del hígado conocidas

  • Hepatitis A
  • Hepatitis B
  • Hepatitis C
  • Hepatitis E
  • Hepatitis autoinmune
  • Cirrosis biliar primaria
  • Hígado graso
  • Cirrosis hepática
  • Hemocromatosis
  • Enfermedad de Wilson
  • Enfermedad o Síndrome de Gilbert

Síntomas

Los síntomas de las enfermedades del hígado son muy variables. Los principales, aunque no los únicos, son:

  • Ictericia (coloración amarilla de piel y ojos).
  • Orina oscura.
  • Heces de color claro.
  • Sangrados espontáneos.
  • Comezón excesiva de la piel.
  • Dolor en la región superior derecha del abdomen.
  • Fatiga extrema.• Hinchazón del abdomen y piernas.
  • Vómito de sangre.
  • OJO: Hay casos en los que puede no haber síntomas.

Diagnóstico

Si se sospecha una enfermedad del hígado es muy importante consultar a un médico, de preferencia a un hepatólogo, que es un médico gastroenterólogo con especialidad en hígado, para que indique los pasos a seguir entre los que podrían estar:

  • Pruebas sanguíneas (biometría hemática).
  • Serología en búsqueda de virus de hepatitis (A,B,C).
  • Ultrasonido de hígado y vías biliares para observar la forma y estructura del hígado y vesícula.
  • Pruebas de función hepática (transaminasas, bilirrubinas, albúmina, fosfatasa alcalina, tiempos de coagulación) para conocer cómo está funcionando el hígado.
  • Endoscopia alta para buscar várices en el esófago en pacientes con cirrosis, cuando se sospecha que el daño del  hígado está avanzado.
  • Biopsia de hígado que se requiere en casos específicos para ver al microscopio el tipo de daño que tiene el  órgano.

Tratamiento

El tratamiento es muy variado y dependerá del tipo específico de la enfermedad. En ciertos casos, con el simple hecho de retirar el factor agresor (medicamento, tóxicos, alcohol) el hígado puede recuperarse íntegramente.

Otras enfermedades requieren medicamentos específicos para tratar infecciones por virus o parásitos.

Cuando la enfermedad se encuentra en una fase muy avanzada, con falla de las funciones del hígado en una etapa terminal, el trasplante hepático es la única opción.

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