Por FundHepa
¿Sabías que tu cuerpo es capaz de deshacerse de sustancias tóxicas gracias a órganos vitales como el hígado y los riñones?
Aunque en FundHepa hemos explicado en varios artículos la importante función del hígado, consideramos también importante destacar las funciones de los riñones y su relación con la salud hepática.
Los riñones, son dos órganos en forma de frijol, cada uno aproximadamente del tamaño de un puño en el adulto. Están ubicados justo debajo de la caja torácica (costillas), uno a cada lado de la columna vertebral. Eliminan los desechos y el exceso de líquido del cuerpo. Los riñones también eliminan el ácido que producen las células del cuerpo y mantienen un equilibrio saludable de agua, sales y minerales (como sodio, calcio, fósforo y potasio) en la sangre. También, producen hormonas que ayudan a:
- controlar la presión arterial
- producir glóbulos rojos
- mantener los huesos fuertes y saludables
La relación entre el hígado y los riñones
El hígado y los riñones son órganos vitales cuya función se relaciona estrechamente con el estado de salud y bienestar , ya que son éstos los órganos encargados de mantener nuestra sangre limpia. Sin ellos, nuestros tejidos no sólo recibirían oxígeno y nutrientes, si no además, múltiples toxinas fatales para nuestro organismo.
Aunque son órganos muy distintos, también tienen algunas funciones similares, y colaboran en algunas funciones a través de mensajes químicos, como lo hacen para la regulación de la presión arterial. La presión arterial, depende de las concentraciones de agua y sodio en el cuerpo; cuando los riñones detectan una disminución del flujo sanguíneo, mandan una enzima llamada renina al hígado. La renina ayuda al hígado a producir una sustancia que eventualmente viaja a las glándulas adrenales, en donde se convierte en aldosterona, la hormona que hace que los riñones retengan sodio y agua.
El hígado y los riñones participan en conjunto en otras funciones como la regulación de la glucosa en sangre y en el metabolismo y absorción del calcio.
Patologías hepáticas y renales
Es importante recordar, que el hígado procesa prácticamente todo lo que comemos, respiramos o absorbemos a través de la piel. Aproximadamente el 90% de los nutrimentos del cuerpo pasan por el hígado. Por lo tanto, es fácil comprender que si el hígado tiene alguna afección o no funciona correctamente puede afectar al sistema digestivo, al circulatorio, a los vasos sanguíneos, a nivel inmunológico y cerebral y por supuesto también a los riñones, cuya relación a veces puede complicarse.
Uno de los ejemplos más actuales de cuando la relación entre ambos órganos deja de ser armoniosa, tiene que ver con la alta prevalencia de obesidad en la población, que ha provocado un aumento de la hipertensión arterial y la diabetes también en pacientes con enfermedad hepática. Lo anterior ha creado un nuevo perfil de paciente con enfermedad del hígado que tiene mal control de la glucosa, entre otras cosas, y que con cada vez más frecuencia tiene también insuficiencia renal secundaria.
Existen otras causas de enfermedad renal crónica del paciente enfermo del hígado, por ejemplo las glomerulopatías asociadas a enfermedad del hígado por alcohol y a infecciones causadas por los virus de hepatitis B y C. Sin embargo, quizás el problema más conocido en la interacción entre estos dos órganos es el que se conoce como síndrome hepato-renal, que ocurre cuando los riñones dejan de funcionar bien en una persona que tiene enfermedad hepática grave.
Si has leído hasta aquí, ya sabes que el hígado y los riñones trabajan día y noche para mantener el equilibrio en tu organismo y lo importante que es cuidarlos a través de un estilo de vida saludable.