Relación entre el daño hepático y la salud mental | FundHepa

Investigadores han tomado interés en esta relación a partir de la dificultad de modificar hábitos no saludables en personas que padecen hígado graso no alcohólico (HGNA).

Esta enfermedad se caracteriza por acumular grasa en el hígado y suele presentarse asociada a obesidad, diabetes tipo II, dislipidemia o síndrome metabólico. Generalmente se desarrolla de manera asintomática o a través de síntomas poco específicos como la fatiga y molestia o malestar abdominal, motivo por el cual su diagnóstico muchas veces es incidental.

Se estima que aproximadamente 30% de los pacientes con HGNA que presentan esteatosis no alcohólica desarrollarán esteatohepatitis no alcohólica. De estos pacientes con esteatohepatitis no alcohólica aproximadamente el 20% desarrollará cirrosis. Y de este porcentaje de pacientes con cirrosis se estima que entre el 30 y el 40% morirá en un periodo de 10 años.

El hígado graso no alcohólico puede tratarse con una dieta saludable y ejercicio constante si se diagnóstica a tiempo. Entonces… ¿Por qué es difícil que las personas con hígado graso no alcohólico diagnosticado cambien sus hábitos?

La Sociedad Iberoamericana de Información Científica publicó un estudio que reportó la presencia de ansiedad y depresión, así como trastorno depresivo mayor y trastorno de ansiedad generalizada en adultos con HGNA.

La presencia de estas alteraciones en la salud mental de adultos con HGNA puede influir negativamente en la adherencia terapéutica, comprometiendo el tratamiento médico de HGNA, y por consiguiente su evolución y pronóstico.

Más adelante, otros autores encontraron que la depresión se asociaba también a pacientes con hepatitis C, hepatitis B, y enfermedad hepática relacionada con el alcohol.

El estudio también reportó que los adultos con HGNA pueden presentar peor calidad de vida que los adultos con hepatitis B y hepatitis C.

Es importante que si llegas a sentir algún síntoma de depresión o ansiedad y crees estar en riesgo de padecer una enfermedad hepática, vayas a consulta con un médico.

Recuerda que puedes preguntar al médico sobre la adherencia de una dieta a tu vida, así como de una terapia psicológica.

Tu salud está en tus manos. Toma una actitud proactiva y adopta una vida saludable.

¡Cuida tu salud mental y hepática!

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