Hoy en día, en México se puede realizar un trasplante hepático de un donador vivo en las instituciones privadas o de salud pública autorizadas para realizar trasplantes de órganos. Sin embargo, este proceso tiene varios requisitos para llevarse a cabo.
Por esta razón la donación de adulto a niño es un procedimiento más seguro para al donante porque la cantidad de hígado que se requiere para el receptor es menor que para un adulto. Es importante mencionar que este procedimiento debe ser llevado a cabo en centros activos en trasplante hepático ya que el donante vivo es una persona sana a la que se pone en riesgo con una cirugía que no necesita y debe ser llevada a cabo en manos de equipos con experiencia para minimizar los riesgos y favorecer los mejores resultados.
Para aumentar al máximo la posibilidad de que un trasplante de donante vivo sea exitoso se debe de seleccionar con mucho cuidado tanto al receptor como al donante. En México, los trasplantes hepáticos de donantes vivos a adultos son pocos por la cantidad de riesgos que implica. Aunque el número de trasplantes de hígado de un donador vivo a un infante es mayor, es mínimo en comparación con el número de trasplantes hepáticos por donadores fallecidos.